Una iniciativa que no solo mantuvo viva la esencia de nuestra panadería, sino que se convirtió en la herramienta perfecta para que las personas expresaran amor y afecto a través de cada bocado.
En un periodo donde las palabras a veces no eran suficientes, nuestros desayunos, panes, pastelitos y tartas se transformaron en mensajeros de cariño, recuerdos y buenos deseos.
Lo más emocionante fue ser pioneros en la entrega de desayunos a domicilio durante esta duras fechas. Mientras el sol despertaba, nuestro equipo elaboraba, horneaba y preparaba cestas llenas de delicias que recién hechas tocaban vuestras puertas, llevando consigo la promesa de un día mas dulce. Se convirtió en la fórmula mágica para iniciar la jornada con una sonrisa.